LOS REYES ME HAN TRAIDO RESILIENCIA!

Son mágicos estos Reyes que te traen lo que necesitas, además de cosas, porque a veces no necesitas cosas que se compran o que te dan, son cosas que salen de ti.

A mi me han traído brillo a mi armadura, y con ese traje lustroso y brillante hecho de fuerza y de ilusión, lo tengo hecho, ya todo lo demás viene en el pack. Es como… los 3 deseos del mago, pero a lo bestia, no son tres deseos, es uno que es todo: ganas.

Muchos sabéis (o algún aburrido de la vida que me lee) que hace siete meses me detectaron un cáncer de pecho. Ya he pasado por todos los procesos que lleva esta enfermedad, siempre con un puntito de deformación profesional, intentando apresar las emociones y miedos que puede sufrir un enfermo de cáncer.

Acabó la primera fase de esta etapa en la que no soy digna representante de esta enfermedad, yo soy de las afortunadas que el tratamiento les funciona y que siempre recibe buenas noticias.

He aprendido que es vivir con una quimio y no dejarse vencer por ella, pero comprender que no todas las condiciones físicas son iguales. Ahora sé no se es valiente por ser fuerte, es ser valiente por no tirarte por una ventana cuando el cuerpo no puede más y la incertidumbre sobre la muerte es algo real.

Yo sólo lo superé pensando en las posibilidades que existen de morirte de cualquier cosa cualquier día del mes. No creo que tener un cáncer o hacerte 50.000 km. al año diferencien mucho las estadísticas, o simplemente que sea tu día. No es el cáncer el que te pone fecha de caducidad en realidad, en algunos casos te da una fecha aproximada, y eso asusta, pero atragantarte con una uva puede ser en definitiva más letal que el cáncer.

Este proceso ha sido agridulce: estoy harta de médicos y tengo las venas como un colador, sigo con la espadita de Damocles encima de la cabeza, porque cuando tienes un cáncer los médicos son gallegos y nunca sabes si las cosas van bien o mal, esa es la parte negativa, que luego os detallaré más, pero tiene una gran parte positiva: la humanidad, la valentía de los demás, el amor real.

He recibido lecciones durante siete meses difíciles de olvidar, se me encoge el corazón recordando a todos los amigos de mi hijo, con una sinceridad en su preocupación que te devuelven el haberlos visto crecer, el saber que son realmente parte de ti, que no te olvidaron en su infancia.

He tenido a mi lado a unos hijos con una entereza que yo no hubiera sabido capaz de tener, sin agobiarme, comprendiendo que el sentido del humor era nuestra válvula de escape, haciéndome reír camino del quirófano, y estando siempre ahí.

He tenido a una amiga de las que casi nadie puede tener. Una amiga que no pregunta, que se anticipa, que está dispuesta a sacrificar estos siete meses de su vida por ti, para hacerte la vida fácil, para hacerte sentir cómoda, para que no tengas frío, para escucharte, para permanecer callada a tu lado, para irse o para venir sin necesidad de explicarle lo que te pasa.

He tenido una hermana que ha llorado mi enfermedad, que ha dejado de lado todas las tonterías que pueda haber entre hermanas y ha estado ahí, la primera, ofreciendo todo para cuidarme.

Y he tenido a mis pacientes, comprendiendo y pasando esto a mi lado. Siendo sin saberlo un punto de anclaje con la realidad, permitiéndome evadirme de mi propio ombligo para centrarme en ellos, reafirmándome en mi creencia de que es más duro un dolor del alma que del cuerpo,

Familia, amigos, pacientes, me han dado una lección de amor (y alguna de todo lo contrario, que agradezco para saber con quien no perder el tiempo que es oro)

Pero ahora viene una reflexión sobre algo que considero muy importante desde el punto de vista psicológico, algo en lo que yo no había reparado y he sufrido, y he tardado 2 meses en asumir.

¿Qué pasa con el paciente oncológico una vez es operado con resultados positivos? Pensaréis que es el alivio, la felicidad, el pasar página…no, es el principio del precipicio.

Durante un proceso oncológico hay un proceso de afrontamiento en el que todos los esfuerzos se dirigen a una meta: que la quimio funcione, que la operación sea positiva… vale. Pongamos que todo sale bien. ¿Es el final? eso es lo que todos pensamos.

En el paciente quedan unas secuelas psicológicas. Se hace consciente de lo que ha vivido, y aparece la reexperimentación. Hay un miedo a una recidiva, y cada prueba, cada revisión se vive con angustia. Los familiares intentan animarte a hacer cosas, a recuperar tu vida y actividad anterior, pero las secuelas de la quimio tardan un tiempo en desaparecer y el cuerpo no responde, y te debates entre los sentimientos de culpa y de incomprensión, te asaltan dudas sobre si estarás sacando provecho de tu malestar, si estarás quejándote demasiado…

Los médicos que antes te arropaban y te veían cada semana,ya no están, te verán cada tres meses, y mientras, te las tienes que apañar con tus dolores o tus molestias, asumiendo que son normales.

En mi caso estuve en el hospital tras una mastectomía menos de 48 horas, y ni me informaron sobre si podía llevar sujetador o no, o qué podía hacer o que no. Me fui a casa arrastrando una maleta 300 metros hasta una parada de taxi con una bolsa de tela escondiendo mi botella de drenaje, y recibí….muchísimas felicitaciones porque todo había ido bien.

Me ha costado dos meses este último golpe de tententieso hasta que me he vuelto a centrar.

Ya no me importa gran cosa la tasa de recaídas, no me tengo que tomar un lexatín para poder ducharme y pasarme una esponja por el lugar donde antes había un pecho y ahora hay una nada que me recuerda un mal sueño de siete meses en el que aprendí a levantarme cada día para luchar.

Me he cansado de ser una enferma, me he cansado de la palabra cáncer y ya no necesito tomarme un lexatin para mirar un vacío que a fin de cuentas no me ayudaba a caminar, escribir o pensar.

Tengo ganas, las ganas que me han traído los Reyes Magos de regalo. Ganas de abrir la consulta, remangarme y poner a funcionar todos mis recursos para hacer que la gente deje de sufrir y encuentre un sentido a la vida.

Este año quiero ser un poco Rey Mago cada día con mi trabajo.

A todos, y como siempre les digo con pleno convencimiento cada vez que vienen a mi consulta: VAMOS A POR ELLO.

GESTIÓN DEL TIEMPO: UNA PRIORIDAD PARA NUESTRO BIENESTAR

Vivimos como pollos sin cabeza, las tareas diarias nos superan y sentimos que no tenemos tiempo para nada. A veces el ocio se entiende como el momento en que llegas a casa, te pones cómodo, coges algo de la nevera y te inyectas a la televisión. Gran día, sin duda, un perfecto ejemplo de “vivir para trabajar” y no “trabajar para vivir”.

Esta situación no sólo se da en el mundo laboral, también cuando se tienen niños da la sensación que tenemos que volar de un sitio para otro, y de una extraescolar a otra (el concepto extraescolar como tiempo en el que el niño hace algo porque me coincide con mi trabajo, lo entiendo, lo de tener a los niños de una actividad a otra, me parece un poco preocupante, especialmente cuando la actividad fundamental del niño es el JUEGO y a veces, no les queda tiempo para precisamente lo que más les va a ayudar en su desarrollo integral).

Volvamos a la sensación de estrés de no me da tiempo para nada. Todos tenemos una tendencia de tener mezcladas todas las tareas que tenemos que realizar, cual armario de adolescente, de esos que abres la puerta y se te cae todo encima. Mezclamos lo prioritario con lo que puede esperar, atendemos al último email como si por ser el último fuera más importante o como forma de quitarnos una tarea de encima, sin analizar y priorizar su urgencia.

Pues bien, hay un pequeño entrenamiento que nos puede ayudar a la gestión de nuestro tiempo, de forma que un buen análisis de la importancia de las tareas, nos pueda ver con claridad qué cosas deben ser hechas hoy y cuáles pueden ser solucionadas mañana. No es “deja para mañana lo que puedas hacer hoy”, es: “haz hoy lo que tengas que hacer incluido ocuparte de tu bienestar personal” (existe, hay gente que lo disfruta y todo).

Este es el ejercicio que os propongo:

¿Qué conseguimos con esto?: organizar “el armario”. Tenemos que analizar cada tarea, y quedarnos sólo con el HOY, de esta manera, reducimos la sensación de estrés y podemos ir haciendo cada cosa con una cierta calma, que en muchas ocasiones supone una mejora en el resultado y un ahorro de tiempo.

¿Y qué hacemos si nos sobra tiempo? (parece una pregunta muy absurda, se supone que todo el mundo sabe qué hacer si le sobra tiempo), pues mi sugerencia es: dedicarlo al cuidado personal, a hacer deporte, pasear, quedar con algún amigo, dar una vuelta, darse un baño caliente con velas y aceites….todas aquellas cosas que parece que pertenecen a otro mundo, pero que si conseguimos realizar una buena gestión de nuestro tiempo, es posible.

En ocasiones la mejor opción es trabajar un poco más, especialmente si la columna B parece la lista de los Reyes Godos, pero, lo principal es: saber priorizar y dejar tiempo para recuperarnos, para recuperar el concepto de “trabajar para vivir”, y poco o mucho, cada día, dedicarnos un poco de tiempo a nosotros mismos, que parece que actuamos como nuestro peor enemigo.

TRASTORNO ADAPTATIVO: DIFICULTAD PARA ENCAJAR REVESES DE LA VIDA

El trastorno adaptativo se basa en la incapacidad de la persona a superar un suceso de su vida que le ha marcado negativamente.

Un divorcio, el desempleo, enfermedad grave de un familiar, ruptura con el grupo de amigos... son innumerables las causas por las que una persona se puede llegar a enfrentar a este serio problema.

Cursa con síntomas de ansiedad y depresión, y la persona que lo padece se centra en este problema, se ancla en el suceso siendo incapaz de continuar hacia adelante.

El abordaje terapéutico se centra en reprocesar la situación traumática que ha hecho que la persona entre en este estado, y a partir de ahí, buscando soluciones, o aceptando las situaciones acaecidas, empezar a construir un presente y un futuro que pueda "desanclar" a la persona del momento que le ha llevado a esta situación.

La intensidad de los síntomas de ansiedad y depresión varían de una persona a otra y no existe una prevalencia entre uno y otro, ya que se terminan retroalimentando.

 

AGORAFOBIA: CUANDO LA MENTE ENGAÑA AL CUERPO

La agorafobia se define como un miedo irracional a sufrir un ataque de pánico ante determinadas situaciones, algo que llega a obsesionar de tal forma a la persona que tan sólo con pensarlo puede sufrir los síntomas somáticos que acompañan a su miedo (mareos, ganas de vomitar, parestesias, sudoración, taquicardia, etc).

El tratamiento puede resultar complicado porque hay que trabajar con síntomas físicos, además de los pensamientos catastrofistas y vencer las resistencias del paciente a exponerse (base de la  mejoría), porque, lógicamente el miedo actúa como un repelente de la situación.

Estas son algunas de las técnicas con las que se trabaja la Agorafobia:

Prohibida la reproducción total o parcial

LA ANSIEDAD TIENE MUCHAS FORMAS DE EXPRESARSE

Hay diferentes trastornos dentro de la Psicología Clínica que comparten su origen, como si fueran las ramas de un tronco que se llama "Ansiedad".

Da la sensación de que la ansiedad tiene formas sutiles de expresarse, como si buscara la vulnerabilidad de cada persona o se conjugara con sus rasgos de personalidad para aparecer de formas diferentes: ataques de pánico, TOC, trastornos de conversión, agorafobia...

Por ello, a la hora de buscar un tratamiento, las expresiones de la ansiedad se tratarán con técnicas específicas para cada trastorno, pero siempre habrá que tratar la base del problema. ¿QUÉ NOS ESTÁ PRODUCIENDO ANSIEDAD? y aprender a manejar las situaciones/pensamientos que no están llevando a un malestar psicológico

Consulta Psicológica Villaverde©

SOLEDAD: UNA DE LAS PRIMERAS CAUSAS PARA IR AL PSICÓLOGO

Efectivamente, uno de los principales motivos de petición de consulta en el psicólogo es "la soledad".

Este sentimiento se distribuye de forma homogénea entre la población, es un mal que no respeta sexo ni edad (nos referimos a la edad adulta).

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Muchos casos de los que se presentan obedecen a una ruptura de pareja, pero en muchas ocasiones, las personas que sienten esta emoción tan negativa, son personas jóvenes que se encuentran aisladas, ya que al llegar a una edad en la que sus amigos o amigas se han emparejado, cambian los planes y ellos se encuentran de golpe aislados.

La soledad se siente muchas veces incluso cuando se está rodeado de gente, porque la soledad de la que hablamos, la patologica, la que produce miedo y se ve como irreversible, es una soledad respecto a la posibilidad de compartir intimidad, planes, ideales, proyectos, de sentirse especial para alguien.

La emocionalidad negativa unida al sentimiento de soledad produce pensamientos catastróficos, la persona no encuentra una salida a esta situación, se siente atrapada, sin capacidad de cambiar las cosas. 

El mayor error que puede cometer una persona que siente ese tipo de soledad (la del alma), es lanzarse a la búsqueda de una persona que mitigue esa sensación. Puede encontrarla, puede cerrar esa sensación en falso, pero la realidad es que es una manera rápida de alivio que simplemente supone no enfrentarse a la realidad de no saber disfrutar el momento vital, el no querer reconocer que no ha llegado a la madurez personal que supone no necesitar una pareja (lo que a veces desemboca conformarse, engañarse a uno mismo o priorizar la compañía a la auténtica felicidad que supone la plenitud de una relación). 

Cuando una persona siente esa soledad, debería realizar un trabajo personal previo, analizar sus pensamientos catastrofistas, su necesidad de alivio a cualquier precio, la obsesión por encontrar fuera lo que debería encontrar dentro de su persona.

Hay muchas maneras de ser feliz, y no todas pasan por estar en pareja (de hecho hay personas que se aferran a estar en pareja a pesar de su profunda insatisfacción, pero el miedo a esa soledad les impide avanzar, ser valientes para intentar aprender a disfrutar de la vida).

La persona que sufre de "soledad" primero debe quererse (normalmente la autoestima está dañada), profundizar sobre las cosas que le hacen disfrutar o que desea realizar, y priorizarlas. Muchas puede empezar a hacerlas sola, evitando la rumiación del "todos en pareja menos yo", y cambiándolo por "tengo la suficiente autonomía para saber qué cosas me gustan y hacerlas, no dejar pasar la oportunidad".

El trabajo en uno mismo, aprender a caminar sólo por la vida sin obsesiones por encontrar a alguien o esos pensamientos negativos sobre la imposibilidad de tener una pareja, hace que poco a poco (y tengo que recalcar el poco a poco), la persona se centre en sí misma y en sus necesidades, se siente orgullosa de sus pequeños y grandes logros y pierda el miedo a la soledad.

Cuando la persona deja de obsesionarse con buscar a alguien, pierde ese halo de negatividad y de cierto grado de desesperación, que actúa como un auténtico repelente para las otras personas. Nada más agradable que la serenidad y seguridad en si misma que emana de alguien que disfruta por si mismo de lo que hace, que se siente libre de decidir y hacer: que elige.

Las personas que aprenden a vivir en soledad, disfrutar de lo que hace, abrirse a nuevas experiencias, propiciar nuevas amistades, nuevas formas de ocio, que saben lidiar con la frustración de los días grises (que se tienen en soledad y sin ella), se muestran serenas, satisfechas, abiertas a nuevas experiencias, recuperan su autoestima y, esto es fundamental: eligen.

Si estás en un período en el que te encuentras solo debes recordar algunas cosas:

- Cuanto más desesperadamente busques a alguien, más posibilidades de elegir mal

- Sentirse solo es una oportunidad de conocerse a uno mismo y aprender a valorarse y disfrutar por uno mismo de las cosas

- Tu soledad durará tanto tiempo como el que tu te dediques a sentir autocompasión de ti mismo. Mírate al espejo y decide si a esa persona que te devuelve el reflejo la quieres hacer un ser triste o prefieres sacudirte el polvo del camino y empezar de cero, paso a paso, hacia la seguridad en ti mismo

- Aprovecha este momento para enriquecerte como persona

- Deja de huir de ti mismo: al final sólo te tienes a ti

- La gente no te mira como un bicho raro por ir solo a los sitios: comer en un restaurante, ir solo al cine o al teatro puede ser desagradable si estás más pendiente de lo que piensan los demás que si te centras en el disfrute, en un par de veces te importará bien poco lo que opine la gente

- Tras ese proceso duro de soledad, saldrás reforzado como persona, y probablemente los demás te encontrarán una persona enriquecedora e interesante

Acuérdate que la vida tiene momentos malos. De ti depende en convertir un mal momento en una oportunidad para aprender a ser feliz. 

Y...jamás te conformes por evitar este momento de dolor. No siempre vas a estar solo, pero de cómo gestiones esta experiencia puede depender encontrar la persona adecuada o encontrar la persona que te hace sentir que tienes pareja, pero que con el corazón en la mano piensas "estaba mejor sola que mal acompañada".

La soledad no es eterna. El camino para superar esa sensación es duro. Los frutos son dulces.

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